miércoles, 11 de mayo de 2011

Reportaje lugares de ensayo







Los grupos de teatro aficionado ensayan literalmente en cualquier parte. Es difícil encontrar espacios adecuados. Visitamos la Casa del Estudiante y la Parroquia San Francisco y Santa Clara y hablamos con integrantes de Ultreia y de Inercia Teatro.

Isabel Martín
Berta Joven

Actualidad

Afiteatro os ofrece las últimas novedades en el mundo del espectáculo en Salamanca

Noticias breves by suhalia

Daría Pedraz, redacción y edición

Antes muerta que sencilla

Isabel Martín y Noelia Martín

Entrevistamos a Esther Hernandez García, quién desde el pasado mes de septiembre decidió dedicarse a estudiar caracterización en Salamanca. Con sus 21 años de edad tiene muy claro qué es lo que más le gusta y está dispuesta a luchar por ello. Esther nos ayuda a descubrir otra de las múltiples facetas que engloba el mundo de la escena.


Entrevista a Macarena, actriz del grupo de teatro universitario Ultreia

Macarena Rivas es una estudiante de pedagogía que dedica el tiempo libre a su gran afición: el teatro. En cada obra disfruta reinventándose a sí misma.

Entrevista macarena final by himelli

Entrevista: Daría Pedraz
Edición: Isabel Martín

viernes, 6 de mayo de 2011

El teatro aficionado necesita afición

Noelia Martín y Daría Pedraz

Los grupos de teatro aficionado luchan diariamente por hacerse un hueco dentro del panorama teatral de la provincia de Salamanca. Estos grupos, en su gran mayoría, están formados por jóvenes llenos de ilusión para los que el teatro es una forma de evasión, pero también un medio para mostrarle al mundo todo lo que tienen dentro y todo lo que pueden dar metiéndose en la piel de los múltiples personajes a los que representan.

Sin embargo, las ilusiones de estos jóvenes son truncadas a diario. En la mayoría de los casos el apoyo de las instituciones brilla por su ausencia y, quizá por desconocimiento o falta de tiempo, tampoco son muy apoyados por el público. Pero esto sorprende y resulta extraño cuando hay gente que se anima y se acerca a un teatro o a un bar donde actúan estos grupos, ya que la mayoría de las personas que acuden a sus actuaciones salen maravilladas del talento de esto jóvenes y raro es el caso en que no repiten y vuelven a verlos en otra de sus representaciones.

Pese a los múltiples problemas e inconvenientes que encuentran en su andadura, el teatro aficionado no se rinde. Luchan día a día por lograr que les permitan representar sus obras, por presentarse a diferentes certámenes de teatro, por darse a conocer entre el público y lograr que las salas en las que actúan se llenen.

Hay muchos de estos grupos que poco a poco se van dando a conocer, que van creando un grupo de fans que los siguen allá donde vaya, pero no todos corren la misma suerte. También hay casos en que los actores al ver lo difícil que es vivir de ello en el futuro deciden dejarlo y dedicarse a otras cosas, si bien es verdad que de una manera o de otra siempre siguen ligados al mundo del teatro toda su vida. Y claro, esto desencadena que muchos grupos tengan que cesar su actividad y dejar de pisar las amadas tablas.


 Este es el caso de Raúl Hernández, un joven salmantino que formó parte del grupo de teatro aficionado Carcoma de la localidad salmantina de Alba de Tormes. Raúl comenzó su historia sus pinitos en el teatro cuando era un niño en el pueblo donde habitaba entonces, llamado Horcajo Medianero. Allí, un grupo de personas de la localidad se encargaba de hablar con los niños del pueblo para preparar galas de teatro en las que se representaban varias obras. Estas galas eran gratuitas, tan solo se pedía la voluntad de los asistentes. Se representaban obras de corta duración alternadas con actuaciones musicales en el colegio de Horcajo. Aquí fue donde Raúl comenzó a ver las grandes cualidades que tenía para el teatro.

Después, se trasladó a vivir a Alba de Tormes y comenzó su andadura con Carcoma, un grupo de teatro fundado en el año 2002 por Rafael Cordón, actual asesor de teatro de la Universidad de Salamanca.

El debut de Raúl llegó en 2005 y fue con la obra ‘Adiós a todos’; obra con la que tanto el grupo Carcoma como el propio Raúl consiguen un gran reconocimiento. “Conseguí el reconocimiento suficiente y el ánimo necesario para seguir adelante y tomarme el teatro en serio y con más ganas para continuar”, asegura Raúl.

Un año después, en 2006, volvió a repetir como actor en la obra ‘Perros de la lluvia’. “Este año fue uno de los mejores para mí”, afirma Raúl. Tras el éxito con ‘Adiós a todos’, todo continuó mucho mejor para él en el mundo del teatro y en 2007 actuó en la representación ‘Tejas verdes’, obra importantísima para el grupo, ya que por ella recibió cinco premios: mejor obra, mejore dirección, mejor actriz, mejor escenografía, mejor vestuario y mejor caracterización.

Pero los éxitos no acabaron aquí: al año siguiente, en el 2008, Carcoma se llevó varios premios en el V Certamen de Teatro de Candeleda con obra “Julietas y Romeos”, una de las tantas versiones existentes de Romeo y Julieta. Con esta obra, Carcoma logró meterse al público en el bolsillo.

“He realizado varias obras, pero la que más me ha aportado es ‘La leçon de Eugéne Lonesco’. Me hizo aprender mucho; nos esforzamos todos, hubo compañerismo, y eso es muy importante. Fue algo muy grande”, asegura Raúl Fernández. Con esta obra, el salmantino ganó dos premios a la mejor Interpretación masculina; uno en el festival de Candeleda y  otro en un festival en Ávila.

“Hacer teatro, de alguna manera, te cambia la vida. No solo el teatro, cualquier cosa que tenga que ver con subirse a un escenario o actuar delante de algunas personas. Es una forma de evasión; te olvidas de tus problemas, de todo lo que te rodea”, piensa el joven actor, que asegura también que con la interpretación se quita la vergüenza y el miedo a hablar en público.
Con la historia de Raúl se puede que ver que la lucha por obtener el reconocimiento en el mundo del teatro aficionado y por  hacer lo que verdaderamente te gusta y te llena tiene una recompensa muy buena; con lo cual, merece la pena luchar por lo que uno quiere.


Carmen Cortés, actriz de Ultreia



"Muchos jóvenes piensan que ir al teatro solo es ver Don Juan Tenorio"


Carmen Cortés, actriz de Ultreia




Isabel Martín/ Berta Joven
Ultreia significa literalmente "más allá". Es un saludo entre peregrinos a Santiago que tiene la intención de trasmitir ánimo y energía a quien lo recibe. Desde el principio, Carmen Cortés (Salamanca, 1990), supo que el recorrido de su grupo de teatro, Ultreia, no iba a ser un camino fácil.  Esta estudiante de 3º de Historia formó hace seis años uno de los entes que integran la Asociación Electra Teatro Universitario. El domingo 1 de mayo estrenaron en la Muestra de Artes Escénicas su último montaje, Cenizas en la azotea. El lema de su grupo, "Teatro por intuición", define también su manera de ver la vida: intuitiva, como su teatro.


¿Cómo te involucraste en el mundo del teatro?
Cuando era muy pequeña, con 7 u 8 años, iba a clases extraescolares de teatro. Posteriormente, me involucré con una idea que surgió cuando estaba con unos amigos en un jardín. Era una tarde de verano y hablamos sobre una historia que se nos ocurrió y que nos apetecía hacer. Al final no se quedó como un proyecto de una tarde de verano, sino que decidimos llevarlo a cabo con 14 o 15 años.


¿Cómo se formó el grupo Ultreia, del que formas parte?
Ultreia nace de ese proyecto de verano en el que conseguimos involucrar a bastante gente, unas once personas aproximadamente. De ahí salió un montaje corto de quince minutos. Se hizo ese proyecto que quedó bien y quien quiso continuar siguió. Continuamos ocho personas y después se han hecho montajes en los que ha ido entrando o saliendo gente.


¿Qué papel ha desempeñado Electra Teatro Universitario en vuestro grupo?
Sobre todo nos ha ayudado a mejorar y aprender respecto a lo que nosotros hacíamos que era totalmente autodidacta. Hemos tenido la oportunidad de relacionarnos con gente y de que gente que sepa nos dé su opinión de lo que hacemos. También nos ha ayudado a gestionar actuaciones para la Muestra de Teatro Universitario, bolos y proyectos de café teatro o simplemente a darnos publicidad.


¿Además de actuar, piensas historias de fututos proyectos que se puedan llevar a cabo?
No porque yo me dedico al teatro como hobby. Mis características literarias, si me pusiera a guionizar algunas de las historias que tengo pensadas, serían nulas. De momento me vale con interpretar. Si algún día a alguien le gusta un proyecto, no tendría problema en cederle los derechos para que lo escribiera.


Tu grupo tiene ciertas características inusuales porque desde su formación habéis carecido de una dirección. ¿Cómo ha influido esta circunstancia en vuestro desarrollo?
Creo que el pie del que cojea Ultreia es ese, que técnica o estilísticamente a la hora de representar puede hacernos un poco peor, pero es algo que también nos ha ayudado a aprender un poco. Quizá no tanto a interpretar o cómo debería ser correcto un montaje, pero hemos hecho siempre lo que hemos podido. Con el tiempo, más que en una dificultas, para mí se ha convertido en algo que nos ha ayudado a involucrarnos más, a adquirir un poco más de responsabilidad por no tener a alguien que te diga cómo hacer las cosas. Es mucha la responsabilidad de pensar en el montaje, como interpretar…


¿Qué aprendes del resto de tu grupo?
Paciencia y convivencia. Pero sobre todo aprendes otras formas de ver las cosas. Es interesante escuchar otras opiniones sobre cómo se imaginan los montajes o como piensan la escenografía, las formas de interpretar un personaje, el vestuario…


¿Qué les enseñas?
Mi experiencia de este año es que he aportado coordinación y autoestima grupal. Aunque lo más importante es que intento inculcarles que los personajes no somos nosotros y que no tenemos que salir al escenario con lo que a nosotros nos gusta, sino con lo que el personaje llevaría.


¿Cuáles crees que son las diferencias entre el teatro universitario que vosotros hacéis y el teatro profesional?
El teatro profesional vive de eso y el universitario aspira a tener una calidad muy buena porque se supone que la universidad es la vanguardia de una ciudad. De hecho, el coordinador de Electra dice que el teatro universitario debería aspirar a formar a gente profesional porque en otras universidades es así. Además, en otros países, los estudiantes, a la vez que están estudiando una carrera, estudian teatro en aulas con recursos e institucionalizadas de las que salen actores profesionales que tienen una formación equivalente a la que pueden obtener en cualquier escuela.

¿Qué es lo que te motiva a hacer teatro?
Pasármelo bien. En el momento que dejara de disfrutarlo, dejaría de tener sentido.


¿Tu familia te apoya o lo consideran una pérdida de tiempo que influya tus estudios?
Sí me apoya desde siempre porque creen que es una buena afición que me ayuda a expresarme en público. Además, mi padre, en sus tiempos jóvenes y cuando estuvo en África también hizo teatro aficionado.


¿Cómo grupo de teatro universitario pensáis darle vida al teatro Juan del Enzina?
Sí y al Bretón si se puede levantar, también.


Esther Hernández y Carmen Cortés, en una escena de Cenizas en la azotea


¿En qué consiste vuestro proyecto actual?
Ahora tenemos un montaje que se llama “Cenizas en la Azotea”, escrito por Berta Joven Romero. Es una obra que, aparte de todo el mensaje que tiene, reivindica mucho el teatro joven e invita a que vayan al teatro. Al público joven que nos ha visto le ha sorprendido gratamente porque no están acostumbrados a ir al teatro y se piensan que es ir a ver Don Juan Tenorio.


¿Cuál ha sido la mayor dificultad de este montaje?
El transporte de la escenografía, ya que esta es bastante pesada, y el hacer comenzado a ensayar un poco tarde.


¿Qué le dirías a la gente para que vaya a ver “Cenizas en la Azotea”?
Que es una historia bastante actual que engancha. Nadie sale indiferente porque en algún momento de la obra te sorprendes.

¿Y qué les dirías para que vayan al teatro en general?
Debemos hacer una reivindicación de que el teatro no está muerto ni es lo que hace la gente mayor en las fiestas del pueblo. Los jóvenes estamos en el teatro porque, como todo, ha evolucionado. Yo animo a los jóvenes para que se acerquen al teatro, ante todo, para quitarse los prejuicios.



¿Qué planes tienes para el futuro respecto al teatro?
De momento, perfeccionar el montaje que tenemos este año, del que nos quedan una o dos actuaciones. Como ya lo hemos probado con público, creo que se pueden mejorar bastantes cosas.
En Salamanca me queda un año y me gustaría hacer por lo menos otro montaje. Después, no sé que voy a hacer con mi vida. Si pudiera, sí seguiría.